La redacción de un resumen es una tarea fundamental en cualquier modelo de análisis de la coherencia. Implica comprender el sentido global de un texto, extraer sus ideas principales y reescribirlo de manera sintética. Además, es una técnica intelectual de gran utilidad en la mayoría de disciplinas académicas. Su realización comprende dos fases: una analítica y otra compositiva o de redacción.
• Fase analítica. Es una fase anterior a la redacción del resumen y requiere varias lecturas previas del texto. La primera lectura es la más rápida y superficial: se centra en la comprensión del léxico, sirve para conectar con el contenido, identificar algunos de sus términos clave y las referencias culturales que pueda contener. La segunda es más reposada: en ella ya podemos identificar las ideas principales de cada párrafo, utilizar la técnica del subrayado y resaltar conceptos y palabras clave. Realizar anotaciones en los márgenes también nos puede ayudar a clarificar la estructura y el significado del texto, y puede ser de gran ayuda en otras cuestiones del comentario.
• Fase compositiva. No debe iniciarse hasta haber completado la fase anterior. Consiste en redactar un texto que sintetice lo más importante del escrito original. Lo más sencillo es redactar el resumen respetando el orden con el que se exponen las ideas en el texto de base. No obstante, también se puede realizar mediante un planteamiento analizante o deductivo, es decir, enunciando la tesis al principio del resumen para, a continuación, exponer el resto de las ideas de manera organizada. Esta segunda opción implica una comprensión más profunda del texto, pero también conlleva más riesgos. En cualquier caso, se debe hacer sin copiar ni parafrasear el texto original.
A continuación te dejamos algunos consejos generales para la tarea del resumen. No obstante, ten en cuenta que hay algunos errores frecuentes que debes evitar:
- Resumir no es explicar: resumir un texto no es lo mismo que explicarlo. Por este motivo, un buen resumen no debe nombrar al autor (El autor opina que…, La autora sostiene que…,etc.) ni personificar el texto (El texto introduce el tema de…, El texto defiende que…, etc.). También se han de evitar expresiones redundantes (Para empezar…) o coloquiales (Este texto va de, habla de…). Y el uso de fórmulas del tipo» El autor del texto comienza hablando de…, Después continúa diciendo que…, Al final termina afirmando…, etc.», ya que reflejan un carácter excesivamente descriptivo y superficial.
- Otro de los errores habituales es confundir el resumen con la elaboración de un simple esquema telegráfico del contenido del texto: el resumen debe ser un texto bien escrito, coherente, cohesionado, con oraciones completas y un buen uso de los signos de puntuación.
- Tampoco debe escribirse el resumen en una única y larga oración, Un buen resumen debe estar bien cohesionado internamente, por lo que una sintaxis fluida y el uso de conectores y signos de puntuación son claves. Para ello, evita las oraciones que vayan más allá de una línea y media.
- Otro error es redactar el resumen mediante una paráfrasis o repetición literal de fragmentos del texto original, que son copiados y pegados sin apenas cambios: la redacción de un resumen mediante esta técnica no demuestra ni la capacidad de síntesis del lector ni la comprensión pro-funda del texto. Además, carece de las marcas necesarias de cohesión que explicitan la relación lógica entre las diferentes ideas del texto.
- Por otro lado, y en cuanto a la extensión del resumen, a veces es muy breve y se condensa en exceso la información, con lo que se dejan fuera muchas ideas principales del texto; otras veces, en cambio, no se sintetiza correctamente y el resultado es un resumen amplísimo en el que se mezclan ideas primarias, secundarias, detalles, anécdotas…etc. En este sentido, conviene tener presente la recomendación del 25% de extensión respecto del texto original para lograr un resumen de proporciones correctas.
- Por último, otro error común consiste en introducir divagaciones, apreciaciones y comentarios subjetivos o personales (a veces mediante el empleo de adjetivos valorativos). Esto desvirtúa la objetividad e imparcialidad de quien realiza el resumen, que debe ser un observador impersonal.
A continuación te dejamos un ejemplo de cómo podríamos abordar el resumen de un texto, con la fase de análisis y su posterior composición. De igual forma, una RÚBRICA de corrección que te puede orientar a la hora de saber cómo se evaluará este apartado.